lunes, 15 de junio de 2015

ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.


Secundando su obra,
os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios,
porque él dice: 
«En tiempo favorable te escuché,
en día de salvación vine en tu ayuda»;

pues mirad,
ahora es tiempo favorable,
ahora es día de salvación.

Para no poner en ridículo nuestro ministerio,
nunca damos a nadie motivo de escándalo;
al contrario, continuamente damos prueba
de que somos ministros de Dios
con lo mucho que pasamos:
luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas,
noches sin dormir y días sin comer;
procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad,
con dones del Espíritu y amor sincero,
llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios.
Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia,
a través de honra y afrenta, de mala y buena fama.

Somos los impostores que dicen la verdad,
los desconocidos conocidos de sobra,
los moribundos que están bien vivos,
los penados nunca ajusticiados,
los afligidos siempre alegres,
los pobretones que enriquecen a muchos,
los necesitados que todo lo poseen.

Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios (6,1-10)

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