sábado, 30 de septiembre de 2017

Por vuestras oraciones me libréis de las tinieblas de este siglo

Pedro Berruguete. San Gregorio y san Jerónimo

¡Cuánto, cuánto me holgara de hallarme ahora entre vosotros y, aunque estos ojos míos no merecen mirarla, abrazar, con todo el júbilo de mi alma, vuestra admirable compañía! Ahí contemplaría un desierto más deleitoso que cualquier ciudad; vería lugares desamparados de moradores, sitiados, a manera de un paraíso, por ejércitos de santos. Pero mis culpas han hecho que una cabeza cargada de todo linaje de crímenes no se junte con un coro de bienaventurados. Por eso, yo os suplico, ya que no dudo lo podéis alcanzar, que por vuestras oraciones me libréis de las tinieblas de este siglo. Ya os lo dije antes presente, y ahora por carta no ceso de manifestaros mi deseo: mi alma es arrebatada por el ansia más ardiente hacia esa manera de vida; a vosotros toca ahora que a la voluntad siga el efecto. A mí me toca el querer; a vuestras oraciones, que no sólo quiera, sino que pueda.

Yo soy como la oveja enferma descarriada del resto de la manada, y, si el buen pastor no me vuelve sobre sus hombros al aprisco, mis pasos resbalarán y, en el intento mismo de levantarme, daré conmigo mismo en el suelo. Yo soy aquel hijo pródigo que he malbaratado toda la parte de hacienda que mi padre me diera; y aún no me he postrado a los pies del que me engendrara, todavía no he empezado a repudiar los halagos de mis pasadas demasías. Y ahora que un tanto he comenzado no tanto a dejar mis vicios cuanto a quererlos dejar, el diablo trata de envolverme en nuevas redes. Ahora me pone ante los ojos nuevos obstáculos y rodea todo mar y todo océano. Ahora, puesto en medio de este elemento, no puedo ni avanzar ni retroceder. Sólo me queda que por vuestras oraciones me empuje el soplo del Espíritu Santo y me conduzca al puerto de la codiciada orilla.

San Jerónimo
Carta a los anacoretas; de antes de retirarse al desierto de Calcis, en el 374.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Prefacio de los santos Angeles

Marco d'Oggiono - Los tres Arcángeles

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Y proclamar siempre tus alabanzas en los ángeles y arcángeles,
porque el honor que ellos te tributan
manifiesta tu grandeza y tu gloria
y, por grande que sea su esplendor
tú demuestras cuán inmenso eres,
y que has de ser honrado por encima de cualquier creatura,
por Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, te alaba la multitud de los ángeles,
y nosotros nos unimos a ellos
para adorarte alegremente
y cantar a una sola voz:

Santo, Santo, Santo
es el Señor,
Dios de universo.
Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor
Hosanna en el cielo

jueves, 28 de septiembre de 2017

Liturgia mozárabe. oración entre los Dípticos del Domingo XXV

Fernando Yáñez de la Almedina - Busto de Cristo

Señor Dios, tú quieres, que, sin cesar, te recemos,
y en tu bondad concedes que podamos invocarte,
tú que alientas los buenos deseos
y nada deniegas a los que llevan una vida honrada;
inspira anticipadamente lo que deseas escuchar
para poder realizar lo que te agrada;
concédenos lo que deseas amar en nosotros
para que puedas siempre escuchamos.

Concede que las aspiraciones sean sinceras; 
los deseos, santos; 
los servicios, eficaces; 
los secretos, respetados; 
las palabras, humildes; 
las conversaciones, agradables; 
las alabanzas, infatigables; 
que las plegarias sean puras, 
las peticiones, convenientes; 
las súplicas, justas; 
los ruegos, tenaces; 
los encomios, constantes; 
que, invocado por todos nosotros, 
nos concedas a todos cuanto es necesario para alcanzar la vida eterna.
R/. Amén.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza


Dios mío, de pura vergüenza no me atrevo a levantar el rostro hacia ti,
porque nuestros delitos sobrepasan nuestra cabeza, 
y nuestra culpa llega al cielo.
Desde los tiempos de nuestros padres hasta hoy
hemos sido reos de grandes culpas
y, por nuestros delitos, nosotros con nuestros reyes sacerdotes
hemos sido entregados a reyes extranjeros,
a la espada, al destierro, al saqueo y a la ignominia,
que es la situación actual.
Pero ahora el Señor, nuestro Dios, nos ha concedido un momento de gracia,
dejándonos un resto y una estaca en su lugar santo,
dando luz a nuestros ojos
y concediéndonos respiro en nuestra esclavitud.

Lectura del libro de Esdras (9,5-9)

martes, 26 de septiembre de 2017

Por quienes se dedican a la medicina.

Fra Angelico. Santos Cosme y Damián

En la memoria de los santos Cosme y Damián, oremos por todos los médicos, que ponen su empeño en nuestra salud, para que tengan acierto, paciencia y caridad en su labor. Oremos, especialmente, por quienes están arriesgando su propia vida, intentando paliar los daños de la infección del ébola. Oremos por las enfermeras, y por todos los que cuidan a los ancianos y discapacitados.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Liturgia mozárabe. Oratio admonitionis. Domingo XXV


Hermanos carísimos: 
apartarse de nuestro Dios es sucumbir,
convertirse a él es resucitar,
alejarse de él es, morir,
permanecer en él es vivir y mantenerse,
volver hacia él es renacer;
nadie lo busca sin ser aconsejado por la razón,
nadie lo encuentra si no tiene el corazón limpio,
nadie lo pierde si no es engañado por el error;
oremos suplicando con insistentes plegarias
que se haga presente, cuando se le busque,
y que no esté ausente cuando se le invoca,
sino que se deje sentir en nuestro espíritu
por la voluntad de su amor. 
R/. Amén.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Oración del Domingo XXV


Dios nuestro,
que estableciste el fundamento de la ley divina
en el amor a ti y al prójimo,
concédenos que, cumpliendo lo que mandas,
merezcamos alcanzar la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

sábado, 23 de septiembre de 2017

Oración de San Juan Pablo II al santo Padre Pío


Enséñanos, te rogamos,
la humildad de corazón
para estar entre los pequeños del Evangelio
a quienes el Padre prometió revelar los misterios de Su Reino.

Danos una mirada de fe
capaz de reconocer inmediatamente
en los pobres y en los que sufren
el mismo rostro de Jesús.

Sostennos en la hora del combate y de la prueba
y, si caemos,
haznos experimentar la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos la tierna devoción
hacia María, madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrenal
hacia la Patria beata,
a donde esperamos llegar también nosotros
para contemplar por toda la eternidad
la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

viernes, 22 de septiembre de 2017

Oremos por Méjico


Seguimos orando por nuestro pueblo hermano de Méjico, sometido a la prueba del fuerte terremoto que tantas víctimas ha provocado. Para que el Señor acoja en su misericordia a sus víctimas, proteja a los heridos y consuele a quienes han perdido a sus seres queridos y a sus bienes.

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad

jueves, 21 de septiembre de 2017

Oración en la fiesta de san Mateo


Dios nuestro, que con infinita misericordia elegiste a san Mateo,
convirtiéndolo de publicano en apóstol;
sostenidos por su intercesión y su ejemplo
concédenos que, siguiéndote con fidelidad,
vivamos siempre unidos a ti.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Por las víctimas del terremoto en Méjico


Oremos por los cientos de víctimas que ha provocado el terremoto que ha sacudido a Méjico. Que el Señor acoja en su misericordia a los difuntos, y cuide con misericordia a todos los heridos y desaparecidos.

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad

martes, 19 de septiembre de 2017

Oración entre los Dípticos. Domingo XXIV. Liturgia Mozárabe


Dios, Padre todopoderoso,
con redoblada súplica te pedimos que,
por tu benigna grandeza,
guardes a tus siervos y a tus siervas:
líbralos de los insidiosos ardides del adversario,
defiéndelos, día y noche,
para que el astuto enemigo
no los domine ni en el cuerpo ni en el espíritu;
que las preocupaciones materiales no los desvíen,
sino que la luz verdadera de tu Hijo
les mantenga atentos para acoger el resplandor del espíritu.

Gobierna y rige con celestial sosiego a tu Iglesia,
fundamento de la verdad,
para que no sucumba ante las presiones del mundo
ni al escándalo de las divisiones innecesarias. 
Haz que quienes ocupan los primeros puestos
estén cimentados en la fe católica,
dedicados de lleno a sus obligaciones,
esclarecidos por su piedad,
sosegados por su paciencia,
tranquilos en la paz,
y conserva en el bien a todo el universo. 
R/. Amén.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos


Ninguno de nosotros vive para sí mismo
y ninguno muere para sí mismo.
Si vivimos, vivimos para el Señor;
si morimos, morimos para el Señor;
en la vida y en la muerte somos del Señor.
Para esto murió y resucitó Cristo:
para ser Señor de vivos y muertos.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (14,7-9)

viernes, 15 de septiembre de 2017

Cristo aprendió, sufriendo, a obedecer.

Ecce Homo - Juan de Juanes

Cristo, en los días de su vida mortal,
a gritos y con lágrimas,
presentó oraciones y súplicas
al que podía salvarlo de la muerte,
cuando en su angustia fue escuchado.

Él, a pesar de ser Hijo,
aprendió, sufriendo, a obedecer.

Y, llevado a la consumación,
se ha convertido para todos los que le obedecen
en autor de salvación eterna. 

Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9)

jueves, 14 de septiembre de 2017

Prefacio de la Santa Cruz

Pedro Berruguete - Crucifixión

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor Nuestro.

Porque estableciste la salvación del género humano
en el madero de la cruz,
para que donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la vida,
y el que venció en un árbol fuera en un árbol vencido,
por Jesucristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles alaban tu grandeza,
te adoran las dominaciones, se estremecen las potestades.
En el cielo te aclaman con alegría
las virtudes celestiales y los santos serafines.
Permítenos asociarnos a sus voces,
cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo
es el Señor, Dios del universo. 
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo. 
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.