domingo, 9 de junio de 2019

Prefacio de Pentecostés


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Pues, para llevar a plenitud el misterio pascual,
enviaste hoy el Espíritu Santo
sobre los que habías adoptado como hijos 
por su participación en Cristo.
Aquel mismo Espíritu que, desde el comienzo, 
fue el alma de la Iglesia naciente; 
el Espíritu que infundió el conocimiento de Dios a todos los pueblos; 
el Espíritu que congregó en la confesión de una misma fe
a los que el pecado había dividido en diversidad de lenguas.

Por eso,
con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría,
y también los coros celestiales,
los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria:

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