martes, 27 de octubre de 2015

Por el difunto hermano Rupert


Ayer falleció en el Monasterio un monje verdaderamente ejemplar, el hermano Rupert. De profesión carpintero, era un monje amante de la oración, del trabajo, siempre dispuesto a ayudar en lo que fuera, y siempre con una sonrisa en el rostro y una palabra amable en los labios. Que el Señor le conceda el descanso eterno y el perdón de sus pecados.

Dale, Señor, el descanso eterno.
Y brille para él la luz perpetua.
Descanse en paz.
Amén.

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