miércoles, 26 de noviembre de 2014

Por la paz y la solidaridad


Espero ardientemente que se instaure una nueva colaboración social y económica, libre de condicionamientos ideológicos, que sepa afrontar el mundo globalizado, manteniendo vivo el sentido de la solidaridad y de la caridad mutua, que tanto ha caracterizado el rostro de Europa, gracias a la generosa labor de cientos de hombres y mujeres –  algunos de los cuales la Iglesia Católica considera santos – que, a lo largo de los siglos, se han esforzado por desarrollar el Continente, tanto mediante la actividad empresarial como con obras educativas, asistenciales y de promoción humana. Estas últimas, sobre todo, son un punto de referencia importante para tantos pobres que viven en Europa. ¡Cuántos hay por nuestras calles! No sólo piden pan para el sustento, que es el más básico de los derechos, sino también redescubrir el valor de la propia vida, que la pobreza tiende a hacer olvidar, y recuperar la dignidad que el trabajo confiere.

Estas palabras fueron pronunciadas ayer por el santo Padre el Papa Francisco ante el Parlamento Europeo. Acogiendo su mensaje, oremos al Señor, para que la paz, la solidaridad y la caridad se imponga en nuestro mundo sobre el egoísmo, la idolatría del dinero y la indiferencia ante el sufrimiento de nuestros hermanos.

Señor, escucha y ten piedad

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