viernes, 12 de septiembre de 2014

Por los sacerdotes


El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!

Este texto de la Primera Carta a los Corintios que leemos en la Eucaristía nos mueve a orar por los sacerdotes, que tienen a su cargo el predicar el Evangelio, aunque muchas veces se encuentran solos, desbordados y tentados. Pidamos al Señor que nos les falte nunca el apoyo de nuestra oración, para que no tengan otro objetivo que anunciar el amor de Dios manifestado en Cristo, y para que el Espíritu Santo sostenga su humana fragilidad.

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