martes, 28 de mayo de 2013

Por los ancianos

Oremos hoy por todos aquellos que viven su ancianidad. Por todos los que se encuentran en este último tramo de la vida. Que sepan aceptar sus limitaciones y aceptando la experiencia vital que llevan consigo sepan descubrir nuevos retos e ilusiones.
Que aquellos que viven este periodo en soledad se sientan acompañados con nuestra oración y que nuestra cercanía pueda reconfortarles con la compañía y el cariño que podamos ofrecerles.

Señor, enséñame a envejecer como cristiano.
Convénceme de que no son injustos conmigo:
los que me quitan responsabilidades;
los que ya no piden mi opinión;
los que llaman a otro para que ocupe mi puesto.

Quítame el orgullo de mi experiencia pasada
y el sentimiento de que soy indispensable.
Pero ayúdame, Señor, para que siga siendo útil a los demás,
contribuyendo con mi alegría al entusiasmo
de los que ahora tienen responsabilidades.
Y que acepte mi salida de los campos de actividad,
como acepto con sencilla naturalidad la puesta del Sol.

Finalmente te doy gracias, pues en esta hora tranquila
caigo en la cuenta de lo mucho que me has amado.
Concédeme que mire con gratitud
hacia el destino feliz que me tienes preparado.

¡Señor, ayúdame a envejecer así!

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