Dios revela su reprobación de toda impiedad e injusticia de los hombres
que tienen la verdad prisionera de la injusticia.
Porque, lo que puede conocerse de Dios lo tienen a la vista;
Dios mismo se lo ha puesto delante.
Desde la creación del mundo,
sus perfecciones invisibles,
su poder eterno y su divinidad,
son visibles para la mente que penetra en sus obras.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (1,16-25)
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