El año agrícola va llegando a su fin. Por eso, démos gracias al Señor, que nos sustenta con el alimento que de su bondad recibimos. No solemos acordarnos, en nuestra sociedad urbana, del abnegado trabajo de los agricultores y ganaderos, ni damos al gracias al Señor por su bondad y misericordia, que nos permite todos los años sustentarnos de los dones con los que enriquece la naturaleza.
A ti, oh Dios, te alabamos.
A ti, Señor, te bendecimos.
Te glorificamos y te damos gracias.
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