En la Memoria de San Antonio María Claret, haremos oración con el himno del Misionero que cantaron los mártires claretianos de Barbastro.
Jesús ya sabes, soy tu soldado siempre a tu lado yo he de luchar, contigo siempre y hasta que muera, una bandera y un ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Desde que mi alma, los lazos rotos, hizo sus votos ante tu altar, mi pecho siente sed infinita, mi frente agita gran ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
No me detengas en mi carrera, voy sin espera por Tí a luchar, que a nadie temo, nada me espanta pues me agiganta gran ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Si en mi camino hueste maldita ¡atrás! me grita ¡atrás, atrás! Si me disparan sangrientas balas, dárame alas el ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Con tus auxilios seré potente, David valiente contra Goliat. Saldré al combate y herida honda le haré con la honda de mi ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Si el enemigo sus fuerza agota y en mi derrota soñando está, sabré pararle su golpe rudo con el escudo de mi ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Pues ya lo sabes, soy tu soldado siempre a tu lado presto a luchar, contigo siempre y hasta que muera una bandera y un ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Quizá en el campo, rotas las venas, sin sangre apenas me veas ¡ay! Mira aún entonces sobre mi frente resplandeciente ese ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Acaso me oigas sólo y tendido dar un quejido, mi postrer ¡ay! Jesús, entonces habré vencido, y habré cumplido con mi ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí Rey mío, la sangre dar.
Virgen María, Reina del Cielo, Dulce Consuelo dígnate dar, cuando en la lucha tu fiel soldado caiga abrazado con su ideal.
¿Y qué ideal? Por Tí mi Reina, la sangre dar.
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