Ninguno de nosotros vive para sí mismo
y ninguno muere para sí mismo.
Si vivimos, vivimos para el Señor;
si morimos, morimos para el Señor;
en la vida y en la muerte somos del Señor.
Para esto murió y resucitó Cristo:
para ser Señor de vivos y muertos.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (14,7-9)
No hay comentarios:
Publicar un comentario