Seguimos orando por nuestro pueblo hermano de Méjico, sometido a la prueba del fuerte terremoto que tantas víctimas ha provocado. Para que el Señor acoja en su misericordia a sus víctimas, proteja a los heridos y consuele a quienes han perdido a sus seres queridos y a sus bienes.
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
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