Lo primero que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, se me apareció también a mí.
Leemos hoy este importante fragmento del capítulo 15 de la Primera Carta a los Corintios en la Eucaristía. Por eso, oremos dando gracias a Dios, Padre Todopoderoso, porque en la Resurrección de Jesucristo ha llevado a cumplimiento la obra de la Salvación, y nos ha dado la esperanza de participar como Hijos suyos en la eterna Pascua.
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