Pido oraciones por un entrañable amigo, don José Maria Barceló, un hombre cabal, buen cristiano y caballero ejemplar. Me escribe desde el hospital, y aún en medio de su enfermedad, se acuerda de este monje. Señor, te suplico que le ayudes y le llenes de tu fuerza. Este jueves comenzamos la meditación de tu Santa Pasión: que la fuerza de tu Cruz le sostenga y fortaleza.
Ya llevo unos días hospitalizado por una fuerte intoxicación del hígado, desde que me operaron todo han sido complicaciones, supongo que de esta salgo si me echáis una mano con el Señor. Un fuerte abrazo, Jose Maria.
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
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