En Siria fue asesinado el sacerdote jesuita Frans Van der Lugt la mañana de este lunes. “Dos hombres armados lo golpearon y luego lo mataron con dos disparos de bala en la cabeza”, fue el testimonio de los hermanos que también viven en este país en guerra, según explicó en un comunicado el Padre Federico Lombardi, director de la oficina de prensa vaticana.
El religioso holandés, que residía en una de las zonas asediadas por la guerra en Siria, había rechazado marcharse cuando se produjo la evacuación de civiles, a comienzos de este año.
“Muere así un hombre de paz, que con gran valentía quiso continuar fiel en una situación extremadamente arriesgada y difícil en el pueblo sirio, al cual había dedicado desde hace mucho tiempo su vida y su servicio espiritual. Allí donde el pueblo muere, mueren también sus fieles pastores. En este momento de gran dolor, expresamos nuestra participación en la oración, y también un gran orgullo y gratitud por haber tenido un hermano tan cerca de los que más sufren en el testimonio del amor de Jesús hasta el final”, agregó en su comunicado el Padre Lombardi.
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