Oremos los unos por los otros, para que el Señor nos conceda la pureza de corazón, y nos libre de la hipocresía y de la falsedad, que hoy condena duramente en el Evangelio.
Para que la humildad ante Dios, la caridad ante los hermanos, y la rectitud ante nosotros mismos, nos guíen siempre en nuestra vida espiritual, y nunca haga presa en nosotros el orgullo o la hipocresía.
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
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