Oremos por nuestro difunto hermano Julián Campo, que el 21 de agosto del año 2006 falleció en un accidente ferroviario en Villada, cuando regresaba de su última peregrinación a Santiago de Compostela. Era un hombre excepcional, adornado por cualidades humanas excelentes, pero que un día descubrió en la peregrinación jacobea y en la Madre Teresa de Calcuta el tesoro escondido del que habla el Señor en el Evangelio. Lo dejó, entonces, todo, y dedicó su vida a colaborar con las Misioneras de la Caridad a amar a Cristo en los más pobres de entre los pobres.
Pidamos al Señor que lo tenga gozando ya de la felicidad eterna, y que lo imperfecto que pudiera encontrarse en su vida lo haya perdonado con benignidad y misericordia.
Dale, Señor, el descanso eterno
y brille para él la luz perpetua.
Descanse en paz.
Amén.
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