El Evangelio de este día nos recuerda la historia del joven rico que no fue capaz de renunciar a sus bienes para seguir al Señor.
Oremos para que el Señor nos ayude a vencer la poderosa tentación del dinero, tan presente en nuestra sociedad, tan seductora y tan destructora de la caridad.
Oremos, los unos por los otros, para que el Señor nos ayude a estar siempre dispuestos a ayudar a tantos hermanos nuestros necesitados, en estos duros tiempos de crisis.
Oremos para que nuestro corazón no se entenebrezca con el culto al dinero, y para que sepamos usarlo con sabiduría, con generosidad y liberalidad.
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