Pido humildemente oraciones por mí mismo, monje pecador, en el décimo sexto aniversario de mi profesión solemne. Para que el Señor, en su misericordia, perdone las muchas faltas y pecados que he cometido, y me permita adelantar en la vida espiritual, en la medida de las abundantísimas gracias que, a lo largo de estos años, me ha venido concediendo, y que tantas veces he desaprovechado.
Suscipe me, Domine, secundum eloquium tuum et vivam
et non confundas me ab exspectatione ma.
Acógeme, Señor, según tu promesa, para que viva
y que no quede confundido en mi esperanza.
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