Hijos míos, que nadie os engañe.
Quien obra la justicia es justo, como él es justo.
Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio.
El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo.
Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado,
porque su germen permanece en él,
y no puede pecar, porque ha nacido de Dios.
En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo:
todo el que no obra la justicia no es de Dios,
ni tampoco el que no ama a su hermano.
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,7-10)
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