Oremos por los matrimonios en los que la discordia hace difícil la convivencia y es fuente de sufrimiento. No siempre es fácil acomodar temperamentos e ideales, y el enamoramiento inicial puede haberse disuelto en una creciente distancia. Puede que la debilidad y la tentación hayan introducido terceras personas, lo que dificulta aún más la construcción de un proyecto común de vida.
Para que el vínculo sacramental recuerde a los esposos la fidelidad que se prometieron, y procuren avanzar en medio de sus dificultades hacia la consecución del verdadero amor. Y para que la presencia de Jesucristo, el Señor, en medio de sus vidas, sea un motivo para avanzar en la mutua comprensión y en el amor.
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