En verdad es justo bendecir tu nombre,
Padre rico en misericordia,
ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual,
seguimos los pasos de Cristo,
maestro y modelo de la humanidad
reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo
a través del desierto cuaresmal,
para que, llegados a la montaña santa,
con el corazón contrito y humillado,
reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza,
convocado para bendecir tu nombre,
escuchar tu Palabra,
y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación,
unidos a los ángeles, ministros de tu gloria,
proclamamos el canto de tu alabanza:
Padre rico en misericordia,
ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual,
seguimos los pasos de Cristo,
maestro y modelo de la humanidad
reconciliada en el amor.
Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo
a través del desierto cuaresmal,
para que, llegados a la montaña santa,
con el corazón contrito y humillado,
reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza,
convocado para bendecir tu nombre,
escuchar tu Palabra,
y experimentar con gozo tus maravillas.
Por estos signos de salvación,
unidos a los ángeles, ministros de tu gloria,
proclamamos el canto de tu alabanza:
Santo, Santo, Santo
es el Señor, Dios de Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el Cielo
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