A ti, Señor, Dios nuestro,
pedimos de todo corazón
que recibas nuestros ayunos como pingüe holocausto,
perdones los pecados,
nos inspires propósitos en que te deleites,
gobiernes las acciones,
corrijas los errores,
limpies las conciencias,
santifiques las almas
sometiendo la carne al espíritu y el espíritu a ti.
Para que, humillada la carne y reconociendo su función,
rechace los estímulos que se insinúan blandamente
y el espíritu, vencedor sobre los vicios,
ya recobrada la libertad,
te sirva a ti, su Señor y Dios.
R/. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario