En la memoria de san Carlos Borromeo, oremos por los obispos y los sacerdotes, que tienen en el santo un modelo de entrega heroica al servicio sagrado para el que fueron ordenados. En un sermón predicado en su último sínodo convocado en su diócesis milanesa, expresaba así el santo su ideal de vida sacerdotal:
¿Estás dedicado a la predicación y la enseñanza? Estudia y ocúpate en todo lo necesario para el recto ejercicio de este cargo; procura antes que todo predicar con tu vida y costumbres, no sea que, al ver que una cosa es lo que dices y otra lo que haces, se burlen de tus palabras meneando la cabeza.
¿Ejerces la cura de almas? No por ello olvides la cura de ti mismo, ni te entregues tan pródigamente a los demás que no quede para ti nada de ti mismo; porque es necesario, ciertamente, que te acuerdes de las almas a cuyo frente estás, pero no de manera que te olvides de ti.
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