miércoles, 30 de diciembre de 2015

Prefacio del apóstol Santiago


En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso, Pastor eterno.

Porque Santiago, testigo predilecto,
anunció el Reino que viene por la muerte y resurrección de tu Hijo,
y, el primero entre los apóstoles, bebió el cáliz del Señor.

Con su guía y patrocinio
se conserva la fe en España y en los pueblos hermanos
y se dilata por toda la tierra,
mientras tu Apóstol alienta a los que peregrinan
para que lleguen finalmente a ti, por Cristo, Señor nuestro.

Por eso, Señor,
con todos los ángeles
te alabamos ahora y por siempre,
diciendo con humilde fe:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

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