Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien,
te guío por el camino que sigues.
Si hubieras atendido a mis mandatos,
sería tu paz como un río,
tu justicia como las olas del mar;
tu progenie sería como arena,
como sus granos, los vástagos de tus entrañas;
tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.»
Lectura del libro de Isaías (48,17-19)
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