Muchos de nuestros hermanos están siendo perseguidos y han tenido que abandonar sus hogares de una manera brutal... Parece que se haya perdido la conciencia del valor de la vida humana, parece que la persona no cuenta y que puede ser sacrificada por otros intereses. Y esto, por desgracia, ante la indiferencia de muchos.
No podemos resignarnos a pensar en Oriente Medio sin los cristianos, que desde hace dos mil años confiesan el nombre de Jesús.
Las palabras pronunciadas ayer por el Papa Francisco nos invitan a insistir en la oración por nuestros hermanos cristianos de Siria e Irak.
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
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