Hace cien años fallecía en Roma el santo Padre san Pío X. Elegido papa el año 1903 para suceder a León XIII, comenzó un nuevo siglo en la historia de la Iglesia con el propósito de instaurar todas las cosas en Cristo, es decir, de promover una profunda vida espiritual cristiana, en los más variados aspectos. Pero el año 1914 le sorprendió, como al resto de ciudadanos europeos, el comienzo de la Gran Guerra. Todos sus esfuerzos por lograr la paz fueron en vano. Su corazón se rompió y fue incapaz de superar al tragedia que, en contra de la opinión común que suponía sería corta, se abatió inmisericorde sobre Europa.
Pidamos, por la intercesión del san Pío X, que el Señor conceda misericordia a cuantos perecieron en aquel tremendo conflicto, y que nos ayude a nosotros a instaurar todas las cosas en Cristo, fuente de la verdadera paz entre los hombres.
Dios nuestro, que, para defender la fe católica e instaurar todas las cosas en Cristo, colmaste al Papa san Pío décimo de sabiduría celestial y fortaleza apostólica, concede, benigno, que, siguiendo sus enseñanzas y ejemplos, alcancemos la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
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