A varios enfermos les viene bien nuestro recuerdo en la oración: a Marcos, joven que fue operado de la vista hace unos días; a Serafín, anciano, que tiene serios problemas con su corazón ya fatigado; a los padres de Raimundo y Mercedes, que también están teniendo problemas. Aquí en Santa Otilia, se cayó ayer de la bicicleta un monje, el hermano Romano, y también ha sufrido heridas de consideración.
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
A ti levanto mis ojos,
por que espero tu misericordia.
Como están los ojos de los esclavos,
fijos en las
manos de sus señores, a
si están nuestros ojos en
el Señor,
esperando su misericordia.
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