Acoge, Señor, te lo pedimos,
nuestras oraciones de cada día,
que presentamos ante tu altar.
Dígnate aceptar la humildad de nuestra confesión
dado que, día y noche,
pedimos con insistencia, oh Dios,
la piedad de tu gran misericordia:
por tu Iglesia católica,
para que te dignes protegerla de todo mal;
por los que nos gobiernan,
para que puedan asegurar la paz y la justicia;
por los obispos,
para que, en el ejercicio de sus funciones,
se vean libres de las insidias del enemigo;
por los ministros de la Iglesia y por todo el pueblo,
para que, por tu gran misericordia, Señor,
te dignes librarlos de cualquier adversidad;
por las almas de los fieles que descansan en paz,
para que obtengan el perdón de sus pecados;
y, para que la salud acompañe a todos los vivos,
por intercesión de los santos.
R/. Amén.
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