Oremos, por la intercesión de san Juan de Ávila, por los sacerdotes. Han sido llamados para anunciar la Palabra de Dios y celebrar los sacramentos, pero no por ello dejan de ser personas tan frágiles como cualquier otra. Es más, las características de nuestro mundo los someten a graves tentaciones y riesgos. Oremos para que, a través de una intensa vida espiritual, consigan mantenerse fieles a la vocación a la que han sido llamados y, así, su ministerio fructifique para bien del pueblo de Dios.
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