En aquellos días, la plebe de Filipos se amotinó contra Pablo y Silas, y los magistrados dieron orden de que los desnudaran y los apalearan; después de molerlos a palos, los metieron en la cárcel, encargando al carcelero que los vigilara bien; según la orden recibida, los metió en la mazmorra y les sujetó los pies en el cepo.
Este texto de los Hechos de los Apóstoles que leemos como primera lectura nos invita a seguir orando por todos los cristianos que sufren en nuestros días la persecución a causa de la confesión de la fe. para que el Señor los fortalezca y consuele. Roguemos al Señor.
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