Un arcángel excelso
fue enviado del cielo
a decir "Dios te salve" a María.
Contemplándote, oh Dios, hecho hombre
por virtud de su angélico anuncio,
extasiado quedó ante la Virgen,
y así le cantaba:
Salve, por Ti resplandece la dicha;
Salve, por Ti se eclipsa la pena.
Salve, levantas a Adán, el caído;
Salve, rescatas el llanto de Eva.
Salve, oh Cima encumbrada a la mente del hombre;
Salve, Abismo insondable a los ojos del ángel.
Salve, Tú eres de veras el trono del Rey;
Salve, Tú llevas en Ti al que todo sostiene.
Salve, Lucero que el Sol nos anuncia;
Salve, Regazo del Dios que se encarna.
Salve, por Ti la creación se renueva;
Salve, por Ti el Creador nace Niño.
Salve, ¡Virgen y Esposa!
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