Oremos por los sacerdotes, que a través del sacramento del Orden han recibido el ministerio de celebrar la Eucaristía para sus hermanos, para que respondan con una vida santa a tan grande y sublime misterio, en el que el mismo Cristo se hace para nosotros alimento y bebida, dándonos su Cuerpo y su Sangre. Para que el Señor tenga misericordia de su fragilidad humana, fortalezca su fe y sean un ejemplo de santidad para sus hermanos.
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